Cada 13 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Sepsis, para generar conciencia sobre esta enfermedad.
En el año 2017 la Junta Ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asamblea Mundial de la Salud, establecieron el 13 de septiembre como el Día Mundial de la Sepsis, para mejorar, prevenir, diagnosticar y controlar la sepsis a través de una serie de acciones dirigidas a países desarrollados y en desarrollo de todo el mundo, en la mayoría de los países todavía no se han implementado programas educativos integrales sobre prevención, identificación y manejo de la sepsis.
La sepsis, comúnmente conocida como “septicemia”, es una afección potencialmente mortal que surge cuando la respuesta del cuerpo a la infección da como resultado una disfunción o fallo orgánico. La septicemia a menudo se confunde con otras afecciones en sus etapas iniciales, lo que puede producir un retraso en el reconocimiento de los signos y síntomas que conducen rápidamente al fallo multiorgánico y, en última instancia, a la muerte.
Está enfermedad debe tratarse como una emergencia sanitaria porque cada retraso en el diagnóstico y la administración eficaz de antimicrobianos o en la adopción de otras medidas apropiadas aumenta la tasa de mortalidad por hora.