Cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, esta fecha busca crear conciencia sobre el cambio climático.
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los principales gases de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y la producción agropecuaria son algunas de las principales causas de las emisiones de CO2.
Según Naciones Unidas, las concentraciones atmosféricas de CO2 han aumentado a niveles sin precedentes en los últimos 800.000 años, cuando las condiciones de vida en la Tierra eran muy diferentes. Este crecimiento se inició con la Revolución Industrial, pero se aceleró de forma exponencial desde 1950, cuando comenzaron a documentarse variaciones en el planeta, como el calentamiento de la atmósfera y los océanos, asociados a la disminución de la cantidad de hielo y nieve y el aumento del nivel del mar.
La reducción de las emisiones de CO2 es fundamental para que las consecuencias del calentamiento global no sean catastróficas. Ya no vale poner en duda los efectos del dióxido de carbono en la atmósfera, ni ridiculizar los malos augurios acerca de cómo redundará el cambio climático en nuestro estilo de vida. Es el momento de actuar, hay que ponerse manos a la obra para intentar amortiguar los impactos que generará esta situación.