Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron este miércoles un bombardeo contra la entrada del cuartel general del Estado Mayor del régimen sirio en Damasco.
El ataque intensifica una ofensiva militar en medio de una grave escalada de violencia en el sur de Siria, particularmente en la provincia de Sweida, de mayoría drusa.
El origen del conflicto en Sweida fue el secuestro de un comerciante druso, lo que derivó en una cadena de raptos en represalia. Las tensiones se agravaron cuando el régimen sirio desplegó tropas el martes, pero testigos aseguran que actuaron del lado de los beduinos, generando más violencia en lugar de contenerla. En respuesta, Israel intensificó su intervención militar, bombardeando instalaciones sirias tanto en Sweida como en Damasco.
La ofensiva israelí ocurre en paralelo a los enfrentamientos entre la comunidad drusa y tribus beduinas sunitas, que ya dejaron al menos 248 muertos, incluidos 92 drusos (28 civiles), según cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El mismo organismo denunció que 21 de esos civiles fueron ejecutados de forma sumaria por fuerzas del régimen de Bashar al Assad.
En un comunicado oficial, el Ejército israelí confirmó su accionar y señaló que “las FDI están preparadas para diversos escenarios”, mientras continúan monitoreando los acontecimientos en Sweida. El martes, Israel también había Ilevado a cabo ataques preventivos contra tropas sirias que se acercaban a la frontera norte, en un intento por evitar el establecimiento de una nueva base militar del régimen cerca de la línea de separación.
El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, justificó los ataques afirmando que el objetivo es impedir “el establecimiento de un segundo Líbano” en Siria. Por su parte, el ministro de Defensa, Israel Katz, fue más contundente: “Israel no abandonará a los drusos en Siria. Aplicaremos la política de desmilitarización que hemos decidido. Si el régimen sirio no entiende este mensaje, intensificaremos nuestra respuesta”.
El impacto de esta situación también se siente en territorio israelí, donde líderes de la comunidad drusa convocaron a una huelga en solidaridad con sus pares sirios. Incluso, decenas de drusos intentaron cruzar la frontera hacia Siria desde los Altos del Golán, aunque fueron devueltos por las propias FDI.
