El Ministerio de Sanidad palestino en Ramala, informó que, 18 de 35 hospitales han dejado de funcionar, desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas.
El 71% de todos los centros de atención primaria han cerrado debido a los daños y la falta de combustible. Los hospitales que permanecen abiertos están limitados en sus servicios, cerrando sus puertas de manera gradual.
Según el comunicado del Ministerio de Sanidad, el Complejo Médico Alshifa, cerro seis quirófanos debido a la insuficiencia de suministros, incluido el combustible.
Una enfermera de Médicos Sin Fronteras, Emily Callahan, declaró que en Kahan Younis, ciudad en la que había estado trabajando en medio del conflicto bélico antes de abandonar Gaza, había unos 35.000 desplazados internos viviendo junto a ella y su equipo.
La enfermera, Callahan, añadió,” había niños con quemaduras masivas en la cara, en el cuello y en todas las extremidades”. También agregó que los hospitales están cada vez más saturados, y que los pacientes son dados de alta rápidamente en campamentos sin acceso a agua corriente. Y que los residentes del campamento tienen dos horas de agua cada doce horas.
La Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) informó que pudo entregar suministros médicos al hospital Al-Shifa en la Ciudad de Gaza el miércoles, a pesar de los «incesantes bombardeos».
Mientras tanto, el presidente del Comité Internacional de Rescate pidió un alto al fuego humanitario durante al menos cinco días, enfatizando que es el «mínimo absoluto» necesario para permitir a las agencias de ayuda humanitaria aliviar parte del sufrimiento. Otros líderes mundiales también han pedido un alto al fuego o una «pausa humanitaria» en los últimos días.
