La activista iraní Mohammadi Nardes, conocida por su protesta contra el uso obligatorio del velo islámico, el hijab, para las mujeres y la pena de muerte en Irán, recibió el premio Nobel de la Paz.
La activista de 51 años fue nombrada ganadora del Nobel de la Paz en octubre «por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su combate por promover los derechos humanos y la libertad para todos».
La condecoración la recibieron sus hijos, ya que ella se encuentra detenida desde el 2021 en la prisión de Evin Teherán, por sus múltiples protestas en contra del gobierno de Israel.
Ayer, durante la ceremonia realizada en el ayuntamiento de la capital de Noruega, los mellizos de 17 años aceptaron el premio y leyeron un discurso que su madre logró transmitir desde la cárcel.
En su carta, Mohammadi, dijo “soy una mujer de Oriente Medio, de una región que, aunque es heredera de una rica civilización, se encuentra actualmente atrapada en la guerra y presa de las llamas del terrorismo y el extremismo».
«Soy una mujer iraní que se siente orgullosa y honrada de contribuir a esta civilización, que hoy es víctima de la opresión de un régimen religioso, tiránico y misógino» expresó en su mensaje.
En el discurso, que fue leído ante la familia real noruega, la activista describió una República Islámica «esencialmente ajena a su pueblo», denunciando la represión, el sometimiento del sistema judicial, la propaganda y la censura, el nepotismo y la corrupción.
Mientras se llevaba a cabo la entrega de los Premios Nobel, la activista Mohammadi, inició una huelga de hambre en solidaridad con la comunidad bahaí, la mayor minoría religiosa de Irán, que afirma estar discriminada en muchos ámbitos de la sociedad.
La iraní es la quinta galardonada en los más de cien años de historia del Nobel de la Paz que recibe el premio, estando privada de su libertad, después del alemán Carl von Ossietzky, la birmana Aung San Suu Kyi, el chino Liu Xiaobo y el bielorruso Ales Bialiatski.