Este martes 5 de noviembre Estados Unidos realiza las Elecciones Presidenciales entre la demócrata Kamala Harris, actual vicepresidenta, y el expresidente republicano Donald Trump.
Cada estado maneja sus propias elecciones, pero todos cuentan con el candidato republicano y el demócrata en sus boletas. Aunque no existe una regla técnica que diga que la elección deba ser entre estos dos partidos, ese es efectivamente el caso. Los partidos eligen a sus candidatos durante una serie de primarias, que generalmente comienzan en enero del año de las elecciones generales. A partir de ahí, se establece el cronograma.
Cabe aclarar que aunque hasta el momento ya votaron por correo unas 78.000.000 de personas, los resultados de las urnas de esta jornada electoral son esenciales para conocer quién será el próximo mandatario estadounidense.
Todos los estados realizan sus elecciones generales este martes 5 de noviembre, luego, los electores que son las personas que votarán en el Colegio Electoral, son escogidos en función del vencedor en las elecciones estatales.
Los electores de cada estado se reúnen en la capital estatal el primer lunes después del segundo miércoles de diciembre. Luego los envían al Capitolio en Washington antes del 23 de diciembre.
Finalmente, los votos electorales de cada estado se otorgan al ganador de ese estado, excepto en Maine y Nebraska, donde dos votos electorales van al ganador del estado y los restantes van al ganador del distrito del Congreso.
Los votantes estadounidenses votan por el Presidente, aunque eligen a los electores que finalmente elegirán al Presidente. El número de electores se ha establecido en 538 desde 1964 y se requieren 270 para ganar. Cada estado tiene un número de electores igual a su representación en el Congreso (representantes en la Cámara más dos senadores). Por ejemplo, si un candidato gana el 50,1% de los votos en Texas, se le otorgan los 40 votos electorales de ese estado.