Caminar es una de las actividades físicas más elegidas por las personas, sobre todo para incorporar hábitos saludables en la rutina diaria.
La caminata no genera demasiado desgaste, gracias a la facilidad de poder realizarla saliendo a recorrer la calle. Además, permite aumentar el flujo y el nivel de oxígeno en el torrente sanguíneo, ayudando a fortalecer los pulmones y eliminando toxinas y desechos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja dar 10.000 pasos por día para mejorar el estado físico y mental, sumando a otros grandes beneficios que le otorga al organismo. Dejar el sedentarismo e incluir la caminata en el día a día podría reducir entre un 6 % y 10% la aparición de enfermedades coronarias, diabetes, cáncer de colon y mama, entre otras enfermedades.
“Se ha demostrado que la actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer. También ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar”, detalla la OMS.
Realizar una caminata de 30 minutos durante un ritmo constante podría causar la pérdida de 150 calorías, sin tener en cuenta el tipo de recorrido y la velocidad a la que se caminó.
Los especialistas recomiendan realizar la caminata durante la mañana, ya que ayuda a mejorar la calidad de sueño y reduce de inmediato la producción de melatonina, la hormona que nos hace sentir cansancio.
En ese sentido, también se aconseja ingerir alimentos, por lo menos, una hora antes de salir a entrenar. Lo ideal es consumir un desayuno rico en nutrientes y carbohidratos, gracias a que por la mañana mejoran el rendimiento durante el entrenamiento.
La técnica ideal para que la caminata habitual se convierta en un ejercicio es adoptar una buena postura y movimientos decididos. La postura ideal para caminar es la siguiente:
- La cabeza en alto. Mirar hacia adelante, no hacia abajo.
- El cuello, la espalda y los hombros deben estar relajados, y no levantados y tensionados.
- Los brazos deben balancearse libremente, con una ligera flexión de los codos. Se puede hacer un poco de envión con los brazos.
- Apretar ligeramente los músculos del estómago, con la espalda recta, no arqueada hacia delante o hacia atrás.
- Se debe caminar de manera fluida, apoyando el talón y luego los dedos.