El módulo, denominado “Francotirador lunar”, descendió sin inconvenientes a la Luna, sin embargo, sus paneles solares se quedaron sin energía para continuar con la misión.
En un comunicado, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial informó que existe una posibilidad de que el módulo de alunizaje Smart Lander for Investigating Moon (SLIM), que tuvo un problema con sus paneles solares, pueda ser reactivado.
“Según los datos telemétricos, las células solares de SLIM están orientadas hacia el oeste. Si en el futuro la luz solar llega sobre la Luna desde el oeste, creemos que es posible producir energía, y actualmente nos estamos preparando para su restablecimiento”, declaró la agencia.
Además, agregaron que pudieron completar la transmisión de datos técnicos e imágenes adquiridas durante el descenso y en la superficie lunar antes de que el desperfecto técnico sucediera.
De esta manera, Japón se convirtió el sábado en el quinto país en llegar a la Luna. SLIM, fue lanzada en septiembre e ingresó en la órbita lunar el 25 de diciembre, inició su descenso a una velocidad de 1700 metros por segundo y en 20 minutos consiguió posarse sobre la superficie. Lo hizo gracias a su sistema de “ojos inteligentes”: cámaras con programas de reconocimiento de imágenes, que le permitieron el reporte de obstáculos y su elusión.
Además de JAXA, Sony y la Universidad de Doshisha, participó el fabricante de juguetes Takara Tomy. Según informaron, la compañía tuvo un rol fundamental en el diseño de uno de los robots de exploración lunar, inspirado en parte en los androides del estilo Star Wars.
Los responsables de la misión priorizaron la recogida de datos mientras sea posible, aunque Kuninaka sugirió que era posible que las baterías vuelvan a funcionar una vez cambie el ángulo de la luz solar.
El astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, Jonathan McDowell, expresó que “la misión es un gran éxito”, debido a la precisión del aterrizaje.
Cabe recordar que en 2022 Japón realizó un envío de una sonda lunar llamada Omotenashi, sin éxito como parte de la misión estadounidense Artemis 1. Y en abril la empresa privada Ispace intentó convertirse en la primera firma en llegar a la Luna, pero perdió la comunicación con su nave después de un aterrizaje muy complicado.